Cuando Truman Capote escribió una breve conversación en la que Marilyn Monroe le confiesa que tiene una relación amorosa con un escritor, en este caso Arthur Miller, la conversación (verídica) acaba en un monólogo de unas cuantas frases maldiciendo la vida asquerosa por Truman Capote que tituló la conversación relatada como UNA MARAVILLOSA CRIATURA, creo recordar, es evidente que Truman adoraba a Marilyn, es más, también quiso que protagonizara la película Desayuno con diamantes de la cual él era el escritor de la novela titulada Desayuno en Tiffany's. Yo veo mejor para el papel a Audrey Hepburn pero eran amigos él y Marilyn, y son reveladoras las últimas frases del relato del que les hablo, de ahí he sacado la idea para este collage, espero les guste.
Dice que le da miedo la gente,
que la siguen en la noche,
huye de trasiego y de calle,
se pasa el día encerrada,
casi nunca tiene ganas,
yo la entiendo y no le insisto,
tampoco pierdo esperanza
de que se cure algún día,
por qué, Señor, por qué
¿qué mierda hemos pisado?
se esconde de extraños presentes,
dice que nadie la quiere,
que conspiran contra ella,
que le hacen brujería,
imagino sectas en el aire
reírse
de sus delirios,
miedo me da a mí reírme
solamente en su presencia,
ya no vamos de paseo
a la feria como antes,
ella enajenada insiste
en que hablan mal de ella,
quisiera que curase como cura
[el buen milagro,
como curan las sonrisas,
como curan los te amos,
pero yo no puedo ayudar
a quien en mí no confía,
me siento herido, culpable;
no puedo ir a visitarla,
ella vive su locura
de fantasmas en el vacío,
ella vive la desgracia
de lo que no existió jamás,
quiero ayudarla sobretodo
cuando menos yo lo puedo,
la mente es cierta ficción,
es enigma metafísico,
se vuelve habitación vacía
y eco en el abismo,
tropiezo por enésima vez
y hambre para siempre,
la plebe escoge estereotipo
con vigencia y sin problemas,
utilizan al desprecio
como arma arrojadiza,
nadie tiene la culpa
de esa injusta hipocresía.
Voy a morir de asfixia,
alguien me tapió el paisaje.
Qué mala es la soledad,
Qué mala es la soledad,
Que entre media hasta el dinero,
La salud, la libertad,
Y no acompañan por despecho.
Unos se hacen de un perro,
Qué mala es la soledad,
Qué mala es la soledad,
Qué mala es la soledad,
Otros sufren presencia u orfandad,
Y otros aquello echan de menos.
Por compañía la edad les da igual,
Qué mala es la soledad,
Cuántos se casan con terceros,
Pasar agonías y también celos,
Y no saben que en realidad
Qué mala es la soledad,
Qué mala es la soledad,
Se flagelan por casarse los solteros,
Qué mala es la soledad,
Casarse por soledad, para eso no hay peros.
Es tan fácil como pensar.
O tal vez también decir la verdad,
Qué mala es la soledad,
Es como estorbar cuando llegas a viejo.
Piensan que nunca les llegará a ellos,
Pero para la soledad no hay edad,